Friday, August 04, 2006

El Ojo al Pabellón


Si, puede sonar como una inteligente metáfora… Y podría usarla, pero aquí se une lo concreto con lo abstracto.
Para empezar: tropecé dos veces con la misma piedra, por más que abro los ojos, no soy capaz de ver, y soy débil (debo admitirlo). Caí. Y no por necesidad, sino por placer y por gusto. Me vi en la cama de aquel que ya me había dejado, el último hombre que había sentido mi cuerpo en su cuerpo (y viceversa). Me da un poco de rabia llevarme tan bien con él sexualmente hablando, de alguna forma eso es un lazo muy difícil de romper. Pero, viendo el lado positivo de las cosas, quedé un poco mas tranquila, se me deshinchó el hister, y ahora todos somos más felices. Fin de la metáfora.
Ahora, concretamente (e irónicamente) me salió un quiste en el parpado de mi ojo derecho… si, es risible. A lo mejor todavía esto es el resultado de un maligno mal de ojo, o simplemente la sicosomática reacción de mi cuerpo y mi cabeza. El asunto es que la próxima semana deberé entrar a un pabellón, recibir un pinchazo de anestesia general, y operarme el bendito ojo.
Bueno, ahora tendremos que esperar a ver si esta operación me mejora también el ojo de mi patética metáfora.